
¿Qué han significado cincuenta años de totalitarismo comunista para nuestro pueblo?
¿Dónde estamos medio siglo después de que Fidel Castro dijera, al día siguiente de su entrada triunfal a la Capital Cubana: ¨Lo más importante a restablecer de manera definitiva son los derechos individuales y los derechos políticos…¨?
¿Qué pasó con aquellas leyes revolucionarias con que pensaban garantizar el progreso y la felicidad de la nación?
¿Qué ocurrió con la promesa de devolver la soberanía al pueblo?
¿Qué sucedió con lo de dar las tierras a los campesinos y con las abundantes producciones agrícolas que tendríamos?
¿Qué pasó con los planes de Industrialización y con las soluciones a problemas como el de la vivienda?
¿Dónde están los empleos que permitirían al trabajador manual e intelectual una existencia decorosa?
¿Qué está pasando con la educación y la salud, esos cacareados logros del totalitarismo castrista? ¿Y el hombre nuevo? ¿Y los vicios que serían erradicados?
¿Por qué tantos cubanos hacen hasta lo imposible para emigrar? ¿Por qué escapan artistas, profesionales y deportistas constantemente?
¿De qué victorias hablan? ¿Quiénes son, en verdad, los “victoriosos´´? Y ¿Quiénes los derrotados?
Las respuestas a estas y otras interrogantes que debemos hacernos todos a 50 años de mal llamada revolución, son más que evidentes. Nos chocan con demasiado rigor a cada instante, producen demasiado dolor y tristeza, para ser ignorados.
Y ¿qué ofrece el sucesor? Comenzó creando falsas expectativas. Pero el tiempo ha pasado y solo hemos visto más de lo mismo: represión, excesivos controles, mentiras, discursos triunfalistas, llamados al pueblo a resistir, a esforzarse, más y más y más…
El pasado 27 de Diciembre, finalizando su discurso ante la Asamblea Nacional del llamado Poder Popular, dijo: ¨Concluyo deseándole, a Ustedes y a todos nuestros compatriotas, para el año 2009 salud y mucha energía. Vamos a necesitar de ambas, como he dicho otras veces, ¡Trabajo hay de sobra!¨
Dada la penosa realidad que vive nuestro pueblo, dada la línea totalitaria a que ha dado continuidad al sustituir a su hermano – y no hay indicio alguno de que exista la más mínima voluntad de variarla – su deseo bien puede calificarse como el del amo que solo piensa en aquello que es necesario para que sus siervos resulten útiles, productivos.
Pero la servidumbre es un sistema no solo inhumano, sino también improductivo. Por ambas razones el mundo civilizado le puso fin. Somos la excepción, proféticamente Martí alertó: ¨ La miseria pública será pues con semejante socialismo (…) palpable y grande. El funcionarismo autocrático abusara de la plebe cansada y trabajadora. Lamentable será y general, la servidumbre¨. Desgraciadamente su vaticinio se hizo realidad en su propia tierra.
Cincuenta años de totalitarismo, son ya demasiado tiempo. Es hora de poner fin a los privilegios de unos pocos y al sufrimiento de muchos. Es hora de que los poderosos sepulten su soberbia. Es hora de que la inmensa mayoría reclame firme y responsablemente lo que a todos pertenece, lo que todos deseamos y muchos necesitamos. Es hora del Cambio, de la reconciliación, de que el pueblo recupere su soberanía, sus libertades. Es hora de reconstruir nuestra Patria. Y en el Proyecto Varela, tenemos un positivo instrumento para ello. Con él, todos resultaríamos verdaderamente victoriosos: victoriosos sobre el odio, la intolerancia, la miseria, la represión, la mentira y la mediocridad.
Es hora ya, de que los cubanos – como acostumbra decir nuestro hermano Oswaldo Paya Sardiñas – tengamos derecho a los derechos, a todos nuestros derechos. Es hora ya de una verdadera REVOLUCIÓN: La del Amor y la fraternidad, la de los derechos y la justicia. La revolución que prometieron y traicionaron, la que nunca hemos tenido, la que solo ha existido en discursos y propaganda. Por esa REVOLUCIÓN luchamos los demócratas cubanos.
José Daniel Ferrer García
Prisionero de Conciencia
Prisión Provincial de las tunas 01/01/2009.
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