Nuestra primera experiencia “electoral”. Tuvo lugar el 26 de noviembre dentro del marco de la iniciativa “Cuba Decide”. Por Amel Oliva Torres.

Su desarrollo difiere mucho de cómo se participa en un país democrático donde se ejerce el derecho al sufragio en un proceso libre, transparente y plural.


Recientemente en la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), tuvimos nuestra primera experiencia “electoral”. Tuvo lugar el 26 de noviembre dentro del marco de la iniciativa “Cuba Decide”. Su desarrollo difiere mucho de cómo se participa en un país democrático donde se ejerce el derecho al sufragio en un proceso libre, transparente y plural.

El objetivo de Unpacu fue contribuir a revelar la verdadera esencia de este proceso que el régimen cubano llama “Elecciones para Delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular”. En el año 2016, en la organización deseábamos presentar candidatos a estas “elecciones”, pero según se acercaba la fecha, la represión del Estado hacia la oposición fue en aumento y desistimos porque consideramos un imposible que tuviese éxito alguna nominación de candidatos independientes; sumado a ello, la nominación a candidatos se realiza en público y a mano alzada, y el temor a represalias paralizaría a los ciudadanos que deseaban apoyarnos.

El tiempo así lo demostró ya que las fuerzas represivas del régimen impidieron de mil maneras que los miembros de la disidencia alcanzaran alguna candidatura; sin embargo, de este esfuerzo realizado por varios grupos de la oposición y personas independientes, se logró algo positivo, y fue que el Estado cubano violó reiteradamente sus propias normas, mostrando que es incapaz de permitir el más mínimo espacio de pluralidad política en sus estructuras.

La estrategia de participación que desarrollamos dentro de la iniciativa “Cuba Decide” también se enfocó en demostrar la incompatibilidad de las elecciones castristas con la democracia, pero, además, buscaba llamar la atención sobre el creciente rechazo del pueblo a este proceso que durante más de 50 años no ha generado la más mínima expectativa entre los cubanos.

Como primer paso instamos al pueblo y a nuestros activistas a poner en la boleta de votación “Cuba Decide”. Luego, enviamos observadores al menos a 15 colegios de varias zonas del país, y después a algunos de ellos a realizar un reclamo con el propósito de que se consideren las boletas en blanco y las que tenían garabatos o improperios, como votos válidos de rechazo al proceso electoral y al sistema político imperante.

Tres días antes de las votaciones la policía política desplegó un operativo entorno a las viviendas de activistas de nuestra organización en Santiago de Cuba y el día 24 de noviembre fueron detenidos cuatro de nuestros miembros y hubo un allanamiento de domicilio en Guantánamo.

El 26 de noviembre – día de las votaciones – desde la madrugada se reportó presencia policial en los repartos santiagueros Altamira, Vista Hermosa, Mariana de la Torre, Veguita de Galo, Portuondo y Santa María. También en el poblado El Cristo y en los repartos La Ceiba y 30 de noviembre del municipio Palma Soriano, así como en el poblado Palmarito de Cauto en el municipio Mella. Las Tunas fue otra de las provincias más acosadas en los municipios Manatí y Majibacóa. En la provincia Granma hubo reportes en el municipio Manzanillo y en La Habana en Boyeros, Centro Habana y 10 de octubre.

En todos los repartos y municipios mencionados, nuestra organización tenía previsto observar el proceso. Durante el transcurso del día fueron detenidos 7 activistas. En tres colegios electorales se entregó el reclamo que fue rechazado, siendo la presidenta de la comisión electoral del municipio Santiago de Cuba, personalmente, quien llevó la negativa plasmada en un documento al domicilio de un activista en uno de los casos.

El momento del conteo de votos fue el más neurálgico. Solo en tres colegios se les permitió a nuestros miembros observar el proceso. No obstante, pudimos conocer los resultados de seis colegios de los que los porcientos de la sumatoria de personas que no asistieron a votar, que dejaron la boleta en blanco y nulo, con relación al total de personas que debían participar, superó el 30 por ciento.

En varios colegios la policía política en el momento del conteo tomó el control y no permitió testigos como en el caso de la circunscripción 96 del reparto Mariana de la Torre de Santiago, donde nuestra organización cuenta con gran apoyo popular y los funcionarios del régimen no quisieron arriesgarse a que se hiciera público el abrumador rechazo de la comunidad a su farsa.

Ya en horas de la noche, cuando habían cerrado todos los centros de votación, fueron liberados los activistas que estaban detenidos, culminando así, la jornada represiva que resultó ser las “elecciones cubanas”, donde los medios oficiales no reflejaron la represión y establecieron la cifra de participación en 82,5 %.

De esta singular experiencia “electoral” nuestra organización plantea el siguiente análisis que va más allá de colores políticos y está dirigido a aquellas personas que desde cualquier punto de vista defienden la democracia y el respeto a los derechos humanos.

Desechemos por un momento que existe censura en Cuba, que la sociedad está organizada de manera tal que el Estado absorbe casi totalmente la vida del individuo y que existe una policía política que persigue y castiga el más mínimo gesto de disensión; y concentrémonos en la cifra cada vez mayor de personas que expresan con su voto un cambio. Acaso, ¿no tienen derechos estas personas de verse representadas en las distintas asambleas de su país, a ser tomados en cuenta, a ser escuchados, a hacer propuestas? ¿o es que solo un tipo de cubanos, con un tipo de ideología debe tener este derecho?

Con estas preguntas concluyo este resumen de lo que fue nuestra primera experiencia en un proceso que, pese a que el régimen días después modificó a su favor el total del porciento de participación, cada vez son más los reportes de ciudadanos, organizaciones y funcionarios públicos anónimos que hacen evidente que en realidad la cifra de personas que apoyaron el proceso fue considerablemente la más baja de la historia.

Amel Oliva Torres.

Joven líder y fundador del Frente Juvenil de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU). Ha representado a su organización en eventos internacionales. El 2016 sostuvo una huelga de hambre por 28 días en protesta al aumento de la represión contra la oposición pacífica.

AmelOliva@iplperu.org

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